Las Palomas
Esto es lo que me contó un amigo de mi madre en una cafetería cuando estábamos de vacaciones en Galicia:
Hace siete años, en una ciudad pequeña de América, me ocurrió un suceso muy extraño.
La gente, que vivía en las granjas en torno a la ciudad, empezó a desaparecer. Nadie sabía qué pasaba y entonces empezaron a dejar la vida en las granjas y se fueron a la ciudad.
Durante un tiempo no desapareció nadie, pero la gente estaba extrañada ya que habían llegado muchas palomas a la ciudad. Un mes más tarde en la localidad empezaron a desparecer personas adultas y niños y la gente casi no salía de sus casas ya que tenía mucho miedo.
Entonces, un detective empezó a investigar qué pasaba en la ciudad y por un tiempo no encontró nada; pero más tarde encontró un almacén abandonado, alejado de la ciudad. El almacén era muy grande, tenía las ventanas rotas, la pintura (presentaba numerosos desconchones) estaba caída, y al tejado le faltaban algunas tejas. Era un sitio siniestro. En su interior chirriaban las puertas, estaba muy oscuro y tenía varias habitaciones. El detective estuvo varios días examinando el lugar hasta que un día, al adentrarse en una de aquellas estancias, encontró huesos humanos y varios cadáveres y, junto a ellos, muchas plumas. El detective se llevó una de aquellas plumas para examinarlas, ya que eran un poco extrañas.
Llegó a la comisaría, y tras varias horas en ella, no consiguió saber de qué especie de ave era aquella pluma.
Durante cinco meses, el detective siguió investigando; pero las desapariciones y muertes continuaron.
Un día, el detective presenció una desaparición y pudo ver aquella “cosa” que se llevaba a la mujer. El detective se quedó sorprendido y asustado al ver que aquellos “seres” eran… ¡¡palomas!! Pero no eran palomas normales. Tenían un tamaño como el de un perro y en su pico había unos dientes muy puntiagudos.
El detective cogió su coche y empezó a seguir a aquella “paloma” y llegó hasta el almacén que él antes había investigado. Entonces cogió su móvil y llamó a la comisaría para que vinieran patrullas de todos los distritos hacia aquel lugar.
Los agentes, una vez allí y sin saber a lo que se enfrentaban, estaban muy tranquilos y cuando el detective contó lo que ocurría se empezaron a reír y pensaron que aquello era una broma.
De repente, empezaron a salir “palomas” del edificio y a atacar a todas las personas presentes. Entonces se produjo una confrontación. Al principio, las aves caían como moscas; pero pasados unos minutos, las “palomas” empezaron a matar a todos los policías y finalmente allí sólo quedaban “palomas”.
En esa ciudad hoy no hay ningún signo de vida. Pero ¿qué pasó con las “palomas”? Yo apenas tenía 17 años y era demasiado joven para estar con mi padre luchando en guerras, pero él me enseñó cómo hacer una bomba lo suficientemente potente como para que aquel almacén volara por los cielos. Y así fue, hice volar aquel almacén y acabé con todas las “palomas”.
Andrea Gómez de la Vara.